
Como surfistas, amamos nuestras olas, y a menudo las damos por sentadas. La mayoría de nosotros no somos conscientes de lo efímeras que pueden ser las olas. Y, lamentablemente, los seres humanos somos su mayor enemigo. Lo que puede parecer sensato para la protección costera y el turismo (nuevos muros portuarios, paseos marítimos, construcciones hoteleras) a menudo altera la dinámica natural del mar.
Los bancos de arena se desplazan, las corrientes cambian y el viento incide sobre costas modificadas. El resultado: las olas cambian o desaparecen por completo.
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Los siguientes ejemplos muestran lo sensible que es la naturaleza ante este tipo de intervenciones constructivas:
– Jardim do Mar, Madeira
Madeira: durante mucho tiempo, una joya escarpada en el Atlántico. Poco poblada, con escasa infraestructura turística. Alrededor del año 2000, Jardim do Mar fue descubierta como un lugar ideal para practicar surf de olas grandes, lo que supuso un gran cambio turístico y medidas de construcción.
Intervención: un enorme muro de contención a lo largo de la localidad, que cambió para siempre el punto de rompimiento de las olas grandes más bonitas de Europa. Ahora, la ola solo se forma en un momento muy concreto: con marea baja y oleaje pequeño, durante apenas una hora y con la mitad de longitud que antes.
Situación en 2025: sigue siendo un monumento conmemorativo de la falta de consideración del surf en la planificación costera: olas más cortas, menos frecuentes y más peligrosas debido al impacto directo contra la estructura; sigue siendo un ejemplo en las perspectivas actuales y futuras.
– Mundaka, España
Una de las olas izquierdas más legendarias de Europa.
Intervención: trabajos de excavación / traslado de dunas de arena y modificaciones del canal de desembocadura, lo que alteró el transporte natural de arena y provocó la desaparición temporal de las olas.
Situación en 2025: caso emblemático: . Aunque el banco de arena se recuperó ligeramente, su calidad fluctuó durante años. La pérdida de estabilidad del banco de arena alteró irremediablemente la ola y le restó gran parte de su «perfección» al lugar. Los informes y estudios actuales recuerdan lo sensible que es el banco de arena a las intervenciones y que las decisiones de gestión hicieron que el rompimiento «desapareciera» temporalmente.
– Þorlákshöfn / «Þorlí» (Islandia)
Intervención: Relleno del puerto y del terreno para ampliar la infraestructura; los rellenos de piedras en la zona de refracción amenazan el point break.
Situación en 2025: Las obras comenzaron en febrero de 2025; fuertes protestas de la comunidad surfista. El 13 de febrero de 2025, el proyecto se suspendió provisionalmente mientras se examina una denuncia presentada por la Asociación Islandesa de Surf (procedimiento de urgencia ante la Autoridad de Protección Ambiental y Recursos). El riesgo para el break sigue siendo alto.
– Anglet / Desembocadura del Adour (Francia, cerca de Biarritz-Hossegor)
Intervención: Se construyeron rompeolas y espigones para mejorar la navegabilidad de la desembocadura del Adour; el canal navegable se draga periódicamente. Esto modifica las corrientes y el transporte de sedimentos hacia Anglet/Hossegor y, con ello, la calidad y la consistencia de los picos cercanos.
Situación en 2025: el dragado periódico del canal de navegación se considera una necesidad permanente, lo que significa que la presión sobre los bancos de arena circundantes también seguirá siendo constante; un clásico conflicto de intereses entre la explotación portuaria/protección costera y el ecosistema del surf.
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Los surfistas como embajadores del mar
Como muestran todos los ejemplos anteriores, los seres humanos somos la causa principal del cambio o la desaparición de los lugares populares para practicar surf. En la mayoría de los casos, el motivo es la explotación de la naturaleza virgen con el objetivo de obtener beneficios económicos. A menudo se olvida que los lugares para practicar surf suelen ser decisivos para el turismo local.
Cuando desaparece la ola, a menudo desaparece también parte de la base económica y el alma de un lugar.
Como surfistas, tenemos la responsabilidad de comprometernos con la protección de los lugares locales y globales.
Afortunadamente, existen organizaciones como Save The Waves Coalition, que ayudan a los surfistas locales a llamar la atención sobre sus preocupaciones y a defenderse de los proyectos de construcción. En su página web encontrarás más información sobre las campañas en curso y sobre cómo puedes participar activamente.
https://www.savethewaves.org/
Qué puedes hacer tú:
Infórmate:
Descubre qué proyectos hay previstos en tu lugar favorito.
Participa:
Apoya a los grupos o iniciativas locales que trabajan para preservar la costa.
Apoya a las organizaciones:
Por ejemplo, Save The Waves: trabajan en todo el mundo para proteger los ecosistemas del surf.
https://www.savethewaves.org/
Respeta la naturaleza:
Utiliza los accesos oficiales, evita los caminos entre las dunas y respeta las normas locales.
Viaja con conciencia:
El turismo sostenible fomenta la aceptación de la conservación de playas vírgenes.




